jueves, 22 de enero de 2009

Terrorismo

Allá por el año 2005 el diario EL PAÍS publicaba en primera plana un titular que decía “Detenido en Alicante un ingeniero que diseñó misiles para terroristas palestinos”. Ya saben ustedes: esas lanzaderas tan ineficaces que utiliza Hamás, que no puede comprarlas (porque no se las venderían) a los Estados traficantes de armas como el nuestro, que si puede vendérselas (las armas) al Estado sionista de Israel para que mate civiles con rendimiento y eficacia. Cómo resulta que ya me estomagaba entonces el uso y abuso del término “terrorista”, escribí esta carta al Director de tal medio,  que no publicaron, y de la que ni siquiera acusaron recibo. La carta fue publicada al menos en dos sitios en Internet, y ahora la transcribo aquí:

 

 

“Sr. Director de “El País”:

 

Al leer su titular de primera plana “Detenido en Alicante un ingeniero que diseñó misiles para terroristas palestinos” algo se me ha revuelto por dentro, como casi siempre que oigo o leo la palabra terrorismo. Ese sustantivo (y sus adjetivos derivados terrorista, terroristas) se ha llegado a convertir en un arma arrojadiza en la batalla mediática: en un improperio.

 

            El diccionario de la Real Academia de la Lengua recoge dos acepciones de terrorismo: 1. “Dominación por el terror”; 2. “Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”. Admito que a las acciones de Hamás se pueda atribuir sin forzarla la segunda acepción; la primera no, porque esos desgraciados no dominan o dominan poco. En efecto, a los débiles no les queda ya otra forma de hacer la guerra que el terrorismo en su segunda acepción; no en vano se suele afirmar que “el terrorismo es la guerra de los débiles y la guerra es el terrorismo de los poderosos”. Por lo cual la única postura honesta que queda a las personas que den primacía a la ética en las relaciones humanas es condenar el terrorismo, pero, sobre todo, condenar la guerra, el armamento y la coacción universal por medio de los grandes arsenales de destrucción masiva. Si sólo desarmamos a los débiles y oprimidos la hegemonía y el abuso de los poderosos quedarán garantizados para siempre.

 

            Pero es cierto que existe terrorismo en su primera acepción, aunque el dominio mediático de los poderosos impida aplicar esa palabra a los primeros terroristas del planeta. Esa potencia que acumula la mayor cantidad de armas de destrucción masiva reunida desde que la Humanidad existe y que, además, ha probado históricamente que carece de escrúpulos que le impidan usarla (recordemos a las ciudades mártires de Hiroshima y Nagasaki), y que, según ustedes relatan en uno de sus editoriales de hoy, están dispuestos una vez más a llevarlos al espacio y desde allí coaccionar sideralmente … y dominar de manera galáctica. Es posible, incluso desde la teología vigente del mercado, que un día USA deje de  ser hegemónica por su capacidad productiva (y quizá ese día no esté tan lejano). Por eso es importante para el Pentágono poseer los mas pavorosos medios de disuasión por la fuerza y el terror. Terror generalizado, interiorizado, cultural, imponente … y real. Sr. Director: eso si que es, en sentido propio,  terrorismo como dominación, pero con mayúsculas.

 

            En cuanto a la noticia, mire Vd., no me parece mal que se encarcele a ese ingeniero, pero Justicia obliga: ¿por qué en consecuencia no se encarcela a todo el ilustre cuerpo de ingenieros de armamento de este país, España, cuyo gobierno, según la sección española de Amnistía Internacional, “incumple año tras año el Código de Conducta Europeo sobre control y transparencia en las exportaciones de armas. Durante el 2003, 4 de cada 10 países que recibieron armas españolas vivían inmersos en un conflicto armado, sufrían graves tensiones sociales o el envío de estas armas ponía en peligro la seguridad regional o su desarrollo sostenible”? Es decir, de un país en que una de las industrias más saneadas ha sido y es la fabricación, tráfico y exportación de armamento (minas anti-personal incluidas, aunque se niegue).

 

            Mire Vd. Sr. Director, ya que somos incapaces de promover la Justicia y la Equidad, ¿por qué al menos no procuramos practicar la Coherencia?

 

            Su asiduo lector:”

Propósito del presente blog

Esa manía de pensar, que tantos quebraderos de cabeza produce, hasta el punto de que un viejo rector de la universidad complutense, en tiempos de Fernando VII, la apartara de sí como “funesta”, en un diáfano ejercicio de incoherencia que ha pasado por ello a la historia bufa y triste de este país. Esa manía de pensar ha sido para mí, por una parte, elemento esencial de mi trabajo, con el que me he ganado el pan y poco más; y por otra, al ejercerla y manifestarla con un grado de radicalidad y  sinceridad más allá de lo que son capaces de admitir nuestras clases medias-medias y medias-altas, entre las que me he movido y a las que pertenezco poco más o menos, ha sido la causa de una cierta marginación, no por solapada  menos dolorosa.

 

Esta es la causa de que, al amparo de las nuevas tecnologías y de la aparente impunidad (ya veremos) que parecen brindar, se me haya ocurrido irlas trayendo aquí por si a alguien les interesa conocerlas y, o bien se contenta con saber de ellas, o bien desea entablar un diálogo razonable, siempre y cuando las posturas no sean demasiado distantes en principio (me horrorizan los rifirrafes de sordos que no conducen a ninguna parte).

 

Este es, pues, el propósito de este modesto blog, en cuanto puedan valer las opiniones que aquí se expresen.