miércoles, 9 de junio de 2010

La huelga de los funcionarios

Ayer, 8 de junio de 2010, fracasó la anunciada huelga de funcionarios. Así fue. Por mucho que se quiera matizar el resultado ante el baile habitual de cifras (11,8% según el Gobierno – en este caso, juez y parte, patrón y árbitro – y 75% según los sindicatos convocantes: UGT, CCOO y CSIF), los detalles ofrecidos por diversos periódicos o emisoras de televisión apenas dejan margen a la duda: la convocatoria se saldó con un fracaso completo. Se quejaban los sindicalistas del abuso en la fijación de servicios mínimos, y es posible, pero lo cierto es que la huelga apenas se notó como no fuera por lo colorido de los piquetes ante las cámaras y en algunas acciones aisladas (un piquete de bomberos en la Bolsa, por ejemplo), y poco más. Un fracaso sin paliativos, que me duele.

Me duele tanto más cuanto que esta huelga – u otra acción cualquiera de protesta con suficiente relevancia pública – era obligada, y expongo las razones por lo que lo veo así. Vaya por delante que he sido funcionario público durante cuarenta y dos años, desde que entré con veintitrés años hasta que me jubilé con sesenta y cinco, desde 1.962 a 2.004, y que antes de mí fueron funcionarios mi madre y mi padre, y después de mí, tres de mis hijos: mi vida entera – 71 años hasta ahora - está ligada dramáticamente a la función pública. Y me duele.

Pero ¿por qué razón entiendo obligada una acción de protesta con fuerte incidencia pública en este momento? Veamos:

La decisión del Gobierno del PSOE que preside José Luis Rodríguez Zapatero de recortar un 5% el sueldo de los servidores públicos con la intención de disminuir el déficit de las cuentas del Estado, como le exigen instancias supranacionales no siempre públicas ha cruzado por primera vez, por cuanto me llega la memoria, una raya roja significativa y lo ha hecho sin razón suficiente y con patente injusticia. Detallemos:

1) En los cerca de setenta años que abarca mi memoria nunca se redujo la nómina de los funcionarios en términos monetarios: pudo haber algún momento de congelación, y, lo que era mucho más frecuente o habitual, pudo suceder que las subidas no compensasen la subida del coste de la vida – lo que se intentaba luego, tardíamente, paliar con complementos, que no formaban parte del sueldo base a efectos de jubilación, etc. -, pero reducción monetaria de los sueldos no creo que la hubiera, ni con Franco ni sin Franco, ni en periodos de penuria, de estabilización, de autarquía, de desarrollo, de transición, de “democracia”: NUNCA. Esta es la raya roja. Y ha tenido el dudoso honor de cruzarla el Gobierno del Partido Socialista Obrero Español que preside el Sr. Zapatero.

2) Obviamente los funcionarios no son en modo alguno causantes de la crisis ni tienen nada que ver con ella. Los causantes de la crisis son bastante bien conocidos: bancos financieros, especuladores internacionales, paraísos fiscales, FMI “in non vigilando” más bien en azuzando, en resumen los grandes operadores capitalistas, que no sólo no han pagado coste alguno sino que han recibido ayudas multimillonarias de los erarios públicos. Pero si los funcionarios no son los culpables de la crisis ¿por qué son los primeros en pagarla tanto en España como en otros países afectados? Conjeturo que por varias razones: a) Porque están muy a mano de los gobiernos, que apenas necesitan permisos para atacarles; b) Porque tienen mala prensa: empleo fijo de por vida (cada vez menos); injusta fama de ineficiencia, falta de control, corruptelas, etc. pasto de chistes y afrentas sinuosas que cualquiera ha podido percibir en los ambientes más diversos, incluso progresistas; c) porque es de sobra conocida su laxitud en la defensa directa de su imagen y sus derechos por su carácter mayoritariamente conservador. Y con estos ingredientes la operación de recorte aunque improvisada y desesperada tiene algunas ventajas para el gobierno de Zapatero: es rápida, inmediata en su ejecución y contribuye a separar a la importante masa de los trabajadores públicos del resto de los trabajadores contra el que se dirigirá acto seguido, sin piedad, la acción gubernativa instigada por los mismos operadores. Una oportuna acción de división

3) El recorte, el de estos sueldos, la congelación de las pensiones, la supresión de diversas ayudas sociales, el recorte de inversión pública, que actúan disminuyendo el gasto público, con clamorosas excepciones, como la multimillonada que se lleva la Iglesia, la Monarquía, el gasto militar, la investigación sobre nuevo armamento, etc. es doblemente injusto por cuanto no va complementado por una acción concurrente y progresiva sobre los ingresos (la política fiscal) tanto en lo que se refiere a impuestos sobre las grandes fortunas (siempre diferido a un momento oportuno),. restitución del suprimido impuesto sobre el patrimonio, etc. cuanto a la represión del enorme fraude fiscal, de la lacra generalizada de la corrupción política, santificada por el voto de tantos “ciudadanos”, con los cuales, aparte de sanearse la vida pública, habría más que suficiente para equilibrar el déficit público.

4) El recorte además de injusto va a ser, como se ha apuntado desde muchas tribunas, contraproducente por cuanto va a retraer la actividad y el empleo, disminuir la demanda de productos, en resumen a constreñir la vida económica del país, lo que ha de causar sin duda una espiral regresiva perversa tras de la que se puede temer lo peor. La receta de equilibra los déficit públicos recortando el gasto público es anti-keynesiana y no va a ayudar a salir de la crisis sino que la va a profundizar.

Todo esto, a mi entender, y cosas peores que seguirán, está en el trágico juego de las opciones políticas del momento. Sería mucho pedir que mis queridos excompañeros lo hubieran tenido todo en cuenta ante la propuesta sindical de huelga. Todo, no; pero mucho sí: entre otras cosas, que estaba en juego la dignidad, tanto como el salario del empleado público hasta un punto que por lo dicho antes calificaría de histórico.

Porque si no, digo yo: si se acepta sin protesta mayoritaria ni lucha alguna un recorte manifiestamente injusto y discriminatorio ¿acaso es que se duda en lo más íntimo de la justicia del salario percibido hasta ahora mismo?¿estaría el funcionario cobrando de más ese 5%?¿se piensa, pues, que su salario no estaba bien ganado?¿se está de acuerdo, pues, con el parecer avieso del que critica al funcionario y a su función?¿se acepta la leyenda negra del funcionario con manguitos y visera del vuelva usted mañana? En otro caso ¿por qué no ha luchado ayer el funcionario por lo suyo con uñas y dientes? La razón manejada en muchos periódicos al contrastar la deducción por jornada no trabajada – ciento y pico euros – con el 5% de un mes no se sostiene: el 5% se extenderá a un montón de meses, el día de huelga deducido, de momento era único.

No, no, compañeros, vuestro inmovilismo no tiene enmienda, y las “razones” que se intuyen detrás son nefandas. Por cuanto el cabreo me lo imagino real y verdadero me pregunto qué pasa por vuestra mayoritaria cabecita, ¿os lo pensáis compensar por caminos espúreos?¿absentismo laboral, bajo rendimiento, una no declarada huelga de celo …? Pensadlo bien eso sólo enmerdará el pozo del creciente descrédito, y si hoy os tocan – hito histórico – la nómina mañana pueden ir contra la inamovilidad del empleo, o a por la movilidad geográfica o funcional, etc., etc., etc. Y os lo habréis merecido.

Decía ese gran poeta cuyo centenario se celebra este año:

“…Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa….”

Miguel Hernández – Viento del pueblo

Queridos compañeros: no os pido que seáis leones en las lides que se anuncian, pero al menos no seáis bueyes, o peores cosas.

Madrid, miércoles, 9 de junio de 2010

viernes, 4 de junio de 2010

Israel como problema

Consideraciones preliminares

Si no hay más dios que el Dios de Israel (si el dios único del Universo solo existe por y para doce mugrientas tribus de una región desolada de un oscuro planeta de una constelación secundaria de una galaxia perdida en la explosión primigenia) cabe comentar:

1) El resto de los primates conocidos ¿no tenemos dios ni padre ni madre ni perrito que nos ladre?

2) ¡Qué derroche y despilfarro en la Acción Divina!

3) ¿Cómo llamar a esta pretensión delirante? ¿Quizá Racismo Teologal?

Comentario en Publico.es

Toda esa impotencia internacional que se describe en términos desalentados por Público[1] (y hablamos quizá de uno de los medios más sinceramente comprometido con las salidas progresistas) no obedece a ningún fatum de los dioses olímpicos ni a la mala suerte; tiene causas concretas y deben nombrarse: los EEUU de América está firmemente comprometido con la causa del Estado de Israel y no sólo por la presión interna del lobby judío como por muy concretos intereses geoestratégicos en la zona, a lo que no es ajeno la necesidad que ese país declinante tiene del abastecimiento de petróleo, una energía no renovable y cada vez más escasa. Y el Estado de Israel es (era) su agente vital en esa convulsa región. Y la incalificable Unión Europea sigue jugando en relación con los EEUU un papel subalterno, servil y falto de independencia.

Pero, además, todo esto se está volviendo extremadamente peligroso. Por una parte, el Estado de Israel, creado desde su origen mediante un acto de suprema injusticia para con los pobladores reales de la zona, obligados a ceder su tierra a unos colonizadores venidos de todos los rincones del mundo en una operación de lesa humanidad sin parangón desde la conquista de América por los europeos, el Estado de Israel, digo, lógicamente se origina así por un acto de violencia, se perpetúa por la violencia y hace de la violencia su forma de vida. En consecuencia y como resultado la política israelí se va decantando más y más hacia la extrema derecha que es la única que sintoniza plenamente con ese estado de exclusión esencial, y carece de futuro real ni de salida como no sea acumulando más y más presión sobre el entorno o llevando los hechos hacia una quimérica Solución Final hitleriana.

Pero por mucho que reprima me temo que un día no le valdrá ni el paraguas americano. Ya casi todo Oriente Próximo es un clamor que desborda a sus gobernantes ¿cuanto tiempo podrá seguir sin estallar? ¿Pueden los gobernantes del Mundo seguir a un Estado más y más enloquecido hacia un final impredecible? Me temo que los palestinos no son los sioux, tienen Memoria larga, como semitas que son y tienen el arma de los pobres, la demografía.

Díganse estas cosas, reflexiónese para algo más allá de las narices. Esto no sólo es injusto, es una locura que un día nos puede costar muy cara.



[1] Edición de 2/6/2010, en relación con el acto de piratería del Ejército de Israel contra la Flotilla de la Libertad