martes, 18 de mayo de 2010

Por cuanto se venden los hombres de bien

La Sra de Cospedal, vicepresidenta del Partido Popular, en relación con el caso de Camps y los trajes, recientemente reabierto por el Tribunal Supremo, ha concordado con el argumento de aquel de que una persona de bien y con responsabilidad política no se vende por tres trajes.

Razonemos entonces. Si una persona de bien no se vende por tres trajes y está probado que Camps recibió los trajes y nunca los pagó[1], solo nos quedan dos alternativas:

1) Camps no es una persona de bien, y por eso se vendió por tres trajes tan solo.

2) Camps, siendo una persona de bien, se vendió por más de tres trajes, por tres trajes o más que se conocen y por otras dádivas de mayor importancia cuya naturaleza se ignora.

Porque las personas de calidad, si se venden, lo hacen por mucho más que tres trajes, como corresponde a su real importancia. Esto no menoscabaría su bonhomía porque hasta un hombre de bien puede sucumbir a la tentación y caer en el pecado, siempre eso sí que el precio esté realmente a la altura de su categoría.



[1] Esto se daba por sentado incluso en la resolución final del TJPV presidido por el amigo de Camps, el juez De la Rúa, previa a su archivo.