viernes, 11 de marzo de 2011

La rutina como alienación

La súbita desgracia

viene precedida

de una cadena

casi impalpable

de presagios,

que nadie ve

mas que cuando ya es demasiado tarde.

Porque la vida común

no es más que una sucesión

de equilibrios inestables

separados por dolorosas crisis.

La locura consiste

en considerar normal cada equilibrio

e ignorar u olvidar o hacer de menos a las crisis.

En olvidar los fracasos y los muertos

y quedarse en cada remanso,

como si fuera a ser eterno.

Y, luego, en lamentarse si no lo es.

Dará igual. El rodillo

del tiempo allanará las risas

y los llantos y enterrará los muertos.

Y los sobrevivientes volverán

a soñar con una dicha estable:

una locura, en efecto…

… que permite seguir

como si el día a día

tuviera algún sentido …

UNA LOCURA.

sábado, 5 de marzo de 2011

Corrupción y regeneración democrática

Una vez más acerca de esa grave lacra que aqueja a la política española debo decir que

veo dos tipos de corrupción en ese ámbito:

1) La derivada de la famosa frase de Zaplana: "estoy en política para forrarme", de ahí se derivan todo el género de saqueo de las arcas públicas por medio del "amañado de Contratos - troceo para justificar adjudicación directa, aumento indiscriminado de presupuestos cuyo exceso luego se reparte entre políticos, contratistas cómplices y Partidos gobernantes". Esto genera los Gürtel, Palma Arena, etc. y en el fondo no es otra cosa que delincuencia de cuello blanco.

2) La mucho más sutil de incumplir flagrantemente lo prometido al elector en los programas electorales. Para mí esta es la auténtica corrupción política por cuanto banaliza e incumple el contrato político entre el candidato y su elector: el programa electoral. En los sedicentes regímenes democráticos al uso esta última clase de corrupción - quizá la realmente importante- se da ya por supuesta por principio, de ahí el descrédito creciente de estos regímenes.

Una auténtica regeneración democrática debería, por supuesto, eliminar de raíz el primer tipo de corrupción, mediante el endurecimiento de las leyes y su persecución por órganos especializados del aparato de Justicia. Y el acuerdo general de los electores para rechazar radicalmente toda oferta electoral que incluyera personas de las que razonablemente se sospeche o sepa de su participación en esas prácticas delictivas. Pero no debería quedarse solo en eso: los electores debería "aprender a juzgar y castigar" cualquier desvío culposo de las promesas electorales, es decir, el segundo tipo de corrupción política. Y ¡ojo! que en esto suelen ser más notables los falseamientos de ciertas "sedicentes izquierdas", ya que los programas de la derecha "sin complejos" aún queriendo engañar es difícil que engañen.

Recomendación: NI UN SOLO VOTO A LISTAS QUE INCLUYAN CORRUPTOS. NI UN SOLO VOTO A LISTAS QUE AMAGUEN POR LA IZQUIERDA PARA TERMINAR HACIENDO LO QUE A LA DERECHA LE COSTARÍA HACER.

Madrid, sábado, 05 de marzo de 2011