viernes, 4 de enero de 2013

La imagen del Rey se hunde


Comentario en eldiario.es

Efectivamente, la monarquía debe ser rechazada como sistema político independientemente de la conducta del monarca de turno. Debe ser rechazada por cuanto reduce la más alta magistratura del Estado a un asunto hereditario como si de una finca privada se tratara: sería, es de hecho la máxima privatización posible ¿cómo defender lo público si la jefatura del estado se reduce al derecho de una ley privada, una ley para una persona o una familia, un PRIVILEGIO? Debe rechazarse porque consagra la SUPREMA DESIGUALDAD: una ley para el rey, inimputable, irresponsable haga lo que haga, y las demás leyes para el resto de los españoles. Debe rechazarse porque esa desigualdad es incompatible con la auténtica Democracia, la Democracia emanada del poder del pueblo frente a la Aristocracia en que cada cual vale según su origen, según sus antecedentes de cuna. La Monarquía, sistema históricamente declinante e inicuo -o sea, contrario a la equidad-, debe ser rechazada precisamente porque la inequidad es su fundamento, no por la conducta de este o aquel monarca. Y la única solución equitativa se llama República, y no le gusta nada a los partidarios del predominio de lo privado sobre lo público. Por eso me proclamaré siempre republicano aunque aquí reinara el mismísimo Alfonso El Sabio, que tantos méritos hizo para ser buen presidente de república si en su tiempo se hubieran gastado repúblicas. ¡Viva la República! Es decir, la dignidad.