lunes, 3 de febrero de 2014

Tres razones que explicarían el misterio del DNI de la infanta



Una de las cosas más cansinas de este Gobierno que nos gobierna ya tanto tiempo que parece eterno es escuchar de sus gerifaltes las explicaciones más inverosímiles sobre asuntos relativamente elementales y tener la certidumbre de que te están tomando por tonto sin que les hayas dado el menor motivo. ¡Basta ya! Si no tienen explicaciones verosímiles o no las quieren dar, que no las den, pero que no nos intenten tomar el pelo. Y miren ustedes: me jubilé hace pocos años como jefe de Área de Informática en la Dirección General de Catastro, después de 42 años en la Administración y de ellos, 37 en Informática, y les aseguro que todo lo que se está diciendo de este tema, con lo que se sabe de ello, es imposible que se deba a un error como dice el Ministro del ramo, y mucho menos que se trate de catorce errores simultáneos en catorce sitios diferentes, y todo ellos convergentes hacia la Infanta en candelero, afectando a otros tantos sistemas informáticos, a otros tantos operadores de datos, a otros tantas Bases de Datos con sus controles de detección de errores de todo tipo. Sería como darle una patada a la mesa de tipos de un cajista de los antiguos y que al caer al suelo compusieran "por error" una página del Quijote. En serio: nos toman por imbéciles.