domingo, 12 de octubre de 2014

Tú eres comunista

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Efectivamente lo que proponía Cristina en su tertulia son medidas que tanto podían ponerse en marcha aquí - que de momento con estos mimbres no se pondrán - como con un gobierno realmente socialdemócrata -pensemos en Finlandia - o ¿por qué no? en un régimen de economía socialmente planificada, es decir, en que se fijen como mínimos a satisfacer únicamente mediante financiación y gestión pública las necesidades esenciales vivienda, sanidad, educación y se garantice a todo ciudadano una renta mínima de subsistencia. Esto casi se logra en socialdemocracias como la mencionada y puede conseguirse en cualquier sistema político excepto en los de hegemonía capitalista. ¿Es esto comunismo? No necesariamente, aunque el comunismo en su construcción habría de pasar por una fase así. Realmente el comunismo como tal jamás ha existido salvo quizá en periodos brevísimos que algunos mencionan -como en la Comuna de París; en la Rusia soviética se habló de socialismo -"socialismo real"- pero nunca de comunismo; el comunismo era para aquel régimen tan solo una tendencia utópica a conseguir con el tiempo; para conseguir esa utopía hubiera sido necesario superar de manera hegemónica el modo de producción capitalista, y eso nunca se consiguió-la presión de todo tipo contra esa utopía fué siempre enorme, planetaria, y eso impidió un avance real y generalizado en esa dirección. Históricamente, como sabemos, el socialismo en un sólo ámbito, cercado, solo e iniciado en un país industrialmente atrasado como era Rusia, consiguió mucho, pero acabó fracasando. Pero eso no invalida la utopía comunista, y mucho menos los legítimos deseos de mejor distribución de las riquezas, no olvidemos, producidas por el esfuerzo de todos.



Para ver lo que está sucediendo en el "capitalismo real" especialmente en cuanto se refiere al nivel de desigualdad creciente y su efecto degradante de la eficiencia, aparte de la justicia social recomiendo muy encarecidamente la lectura de el último libro llegado a España de Stiglitz: "El precio de la desigualdad". Hace un análisis muy minucioso del vertiginoso aumento de la desigualdad social en el mundo desarrollado, especialmente en EE. UU., desde la "revolución neoliberal" Reagan-Thatcher y sus nefastas consecuencias en cuanto a eficiencia del sistema capitalista, cuyos últimos resultados por el momento se revelan en esta crisis que padecemos, y que a muchos países-entre ellos el nuestro- amenaza con hacerlos retroceder social y económicamente uno o dos siglos, si antes no acaba con el sistema entero. Entonces -y ahora- podremos comprobar como la fuga hacia adelante capitalista que se llevó por delante los regímenes de "socialismo real", incapaces de seguir la rueda, es posible que se carguen definitivamente el sistema de "capitalismo real" y nos devuelvan a todos a la Edad de Piedra. El capitalismo desregulado y voraz ha demostrado que puede ganar, pero es tan destructivo que va a acabar inexorablemente ahogado en su propia mierda. Y lo peor de todo puede ser que para entonces sea ya demasiado tarde para salvar a la Humanidad y al propio Planeta, ya severamente dañado, sin que la oposición a ello, demasiado débil, sea suficiente.