martes, 17 de diciembre de 2019

La imposible demografía

Tengo 80 años. Cuando tenía 10 - aunque parezca mentira, un día los tuve - la población mundial era de unos 2000 millones de personas; ahora, 70 años después la población mundial anda por los 7500 millones de personas. Si en solo 70 años la población mundial se ha multiplicado por 3,75 es que tenemos un enorme problema demográfico, que está acabando con el planeta.
Otra cosa es como se reparta ese crecimiento. La población en España, como en muchos países hiperdesarrollados e hiperexplotados e hiperprecarizados, decrece. Es lógico: por el contrario en paises pobres la población crece más de la cuenta. No es lo malo que nuestra población decrezca algo y la de los pobres por el contrario, crezca, lo malo es el desequilibrio de esos flujos demográficos. Para que el planeta sobreviva es necesario que la actual población decrezca, pero lo debe hacer equilibrada, solidaria y planificadamente en todos los países. Y para ello es condición "sine qua non" que las desigualdades sociales disminuyan, de esa manera los pobres, algo menos pobres, procrearían bastante menos y los ricos, algo menos ricos, recuperarían en parte su natalidad y la población mundial decrecería armónicamente.
Pero este programa es incompatible con el Capitalismo individualista de Occidente o el Capitalismo de Estado de Oriente, que, como todo Capitalismo, tiene por esencia la pretensión imposible de un crecimiento sin límites. Ergo, o se acaba con los capitalismos o se acaba con el planeta y la humanidad.
O socialismo o barbarie, hiperpoblación y muerte del planeta.

miércoles, 18 de septiembre de 2019

Besar el Ano de la Bestia


El Ano de la Bestia es un agujero lóbrego y espantoso de donde nacen todos los Males, que pueblan legiones de Diablos menores y mayores y en el que se cobijan los criminales más protervos y desalmados. El Ano de la Bestia emite efluvios pestilentes y letales en forma de cuescos, capaces, cada uno, de asfixiar a todo un batallón de granaderos. El Ano de la Bestia expele con cierta frecuencia excrementos pútridos y descompuestos que no sólo no fertilizan las tierras sino que, muy al contrario, son capaces de esterilizarlas por centurias haciéndolas pasar de huertas feraces a detritus de especulación urbanística definitivamente irrecuperables.
Pues bien, nadie tocará Poder en este Mundo que antes no haya besado el Ano de la Bestia. Cualquiera que haya sido su legitimación, sufragio popular, sucesión monárquica, cooptación oligárquica o golpe de fuerza, nadie tendrá Poder de hecho que no haya besado con devoción y pleitesía el Ano de la Bestia. Ya pueden haberlo votado cuatrocientos mil, cuatro o cuarenta millones de ciudadanos, si no planta su ósculo sensual en el centro del Ano de la Bestia no tendrá acceso al Poder. Y Punto.