martes, 11 de enero de 2022

Bailar el último vals de la orquesta del Titanic

 

Bailar el último vals de la orquesta del Titanic

           Jane Goodall entra en la polémica de las macrogranjas

 

 

 

Habrá que empezar a conciliar palabras con hechos. No se puede hablar (o legislar) de animales como seres sintientes y con la otra mano permitir esos pudrideros de cerdos, gallinas o vacas, como meros engranajes de una máquina infernal de producir carne, leche o huevos. No se puede ir haciendose la foto con sabios a los que se dan premios y luego pasarse su sabiduría por el forro de la bolsa testicular. No es tan solo que se haga de la hipocresía una religión es que se  están sembrando las semillas de nuestra destrucción a medio plazo, envenenando agua, aire y medio ambiente en general; cargándose la biodiversidad a toda velocidad, y superando todos los límites de explotación razonable del planeta.

Ayer veía un documental muy detallado sobre el llamado Antropoceno donde se lanzaban afirmaciones, pero no se extraían consecuencias. Se decía por ejemplo que este planeta podría alimentar 10.000 millones de seres humanos (y hoy nos acercamos a los 8.000 millones, y en 1.925 eramos o eran 2.000 millones). Pero en modo alguno se planteaban que si en 80 años la población había crecido un 400%, y crecer de 8.000 a 10.000 representa un 12,5%, ese tope puede alcanzarse ¡¡¡en menos de 10 años!!! Tampoco se planteaban que si todos consumieran por igual se necesitarían ¡¡¡6 planetas enteros!!! NI SIQUIERA UN DOCUMENTADO DOCUMENTAL ERA CAPAZ DE SACAR HONESTAS CONSECUENCIAS DE SUS DATOS. ¡Claro, sería confesar la situación pre-apocalíptica en que nos encontramos, tan solo a medio plazo. Y eso da mucho yu-yu. Así que neguémoslo todo y pongamos a parir a Garzón, a Greepeace, a esta Príncipe de Asturias y a todos los incómodos agoreros; bailemos con alegría hasta sus últimos compases el vals de la orquesta del Titanic aunque sea chapoteando sobre el agua que empieza a invadir la cubierta.

Carta-comentario a Elisa Beni sobre ganadería intensiva , decrecimiento y agresiones a la Naturaleza

 Elisa: la acción del hombre sobre la naturaleza necesita urgentemente DECRECER, porque el crecimiento continuo en que se la ha instalado desde la revolución industrial conduce a la humanidad de manera casi inmediata al desastre medioambiental y a la extinción propia y a la extinción de miles de especies. El planeta está enfermo de humanidad, de humanidad nociva. La humanidad o cambia drásticamente de rumbo o sucumbirá muy dolorosamente: estamos al borde del suicidio colectivo. Esto es muy impopular de decir, pero hay que decirlo y explicarlo: hay que cambiar de rumbo. Personalmente soy muy pesimista porque las fuerzas en el poder son enormemente dominantes (y este incidente de las macrogranjas es una mínima muestra de ello), pero si la energía nuclear conduce a los Hiroshima, a los Nagasaki, a los Chernobil o a los Fukushima que conocemos, habrá que abandonarla por mucha crisis de energía y empleo se produzca, es un ejemplo, y así, con las energías no renovables, con las agriculturas y ganaderías intensivas y en pocas manos, con la economía globalizada, etc. ¿Que esto es un desastre? Pues lo contrario, seguir creciendo en demografía y depredación planetaria, es un apocalipsis inmediato. P.D. Échele un vistazo a la obra de Serge Latouche y su Teoría del Decrecimiento si no lo ha hecho ya: si el resto de paises consumieran al nivel de Norteamérica y Europa se necesitarían seis planetas como éste para su suministro. Y pronto lo van a intentar.