sábado, 19 de febrero de 2022

El culebrón PP : Casado versus Ayuso y viceversa

 


Es curioso, es muy curioso como, además de convertir la política en un barrizal, se está trastornando y pervirtiendo el lenguaje. Veamos: INVESTIGACIÓN, ESPIONAJE. Al parecer es una felonía que el presidente de un partido político haga todo lo posible por saber DE VERDAD de qué manera hacen su labor los altos cargos públicos de su partido. Pero señores míos: esa no solo no es una felonía sino que es una obligación, es un deber. Sabemos de sobra como el poder corrompe (y el poder absoluto corrompe absolutamente), entonces si uno es la cabeza de un partido, y ese partido tiene gran cantidad de cargos públicos (presidentes autonómicos, alcaldes, consejeros, concejales, diputados, etc.) susceptibles de caer en la corrupción ¿acaso no debe, por la cuenta que le trae a él y a su partido, acaso no debe mantener una puntual vigilancia de sus comportamientos? Lo contrario solo podría indicar que la corrupción se daba por supuesta de manera generalizada y que lo que procediera sería impedir que se supiera, no impedir la corrupción en si. ¿Acaso es ese el caso? Si no lo es, lo natural es mantener una férrea vigilancia.

 

Así se hace, mejor o peor, en muchas organizaciones: la Administración tiene su cuerpo de Interventores, la Policía, su oficina de asuntos internos, las Fuerzas Armadas, sus equipos jurídicos y sus consejos de guerra, los colegios profesionales sus comités deontológicos, etc., etc. ¿Por qué entonces estos aspavientos, este rasgarse las vestiduras cuando la presidencia o secretaría general de un partido ejerce su obligada vigilancia anticorrupción?

Obsérvese en este caso como muchos medios juzgan esta vigilancia peors aún que la presunta corrupción vigilada.

Pero la perversión del lenguaje nunca es inocente: estos medios serviles en el fondo ¿no pretenderán acaso que el españolito de a pie termine transigiendo con la corrupción política (ese cáncer de la democracia) como si de algo "natural se tratara. "Todos lo hacen", "la política es sucia", "la corrupción es el peaje de la paz social" y otras peligrosas mentiras que van envenenando el pensar ciudadano y preparando la sucia alfombra del fascismo y sus crímenes. ¿Tiene el cuerpo social español anticuerpos suficientes para estos virus, especialmente al venir de la negra historia que viene?

 

Madrid, sábado, 19 de febrero de 2022