ETA representa ante todo la deriva morbosa, criminal
y totalitaria de una izquierda contaminada con el virus identitario,
excluyente, es decir, alejado del caracter inclusivo, universal, abierto,
internacionalista de sus mejores esencias. Empezó con el crimen selectivo:
torturadores como Melintón Manzanas, cristianofascistas totalitarios como
Carrero Blanco, para terminar cayendo, por el pragmatismo efectista, en el
terrorismo indiscriminado: atentados contra casas-cuarteles, o contra
hipermercados: una deriva infernal. Y por luchar contra un terrorismo de Estado
establecieron un estado de Terror: un desastre y un crimen. Fueron 829
víctimas, que no debieron ser.
Sin embargo, ¡qué diferente, que desproporcionado el tratamiento oficial y mediático de los dos grandes terrorismos que han habido en la España contemporánea: ETA y el franquismo!
ETA, 800 y pico víctimas; franquismo, 150.000 desaparecidos en fosas comunes, centenares de miles de exiliados, centenares de miles de encarcelados, 30.000 niños robados.
ETA, tarde y mal pide perdón; el franquismo y sus herederos, jamás, la Ley de Memoria sin presupuesto, el ducado de Franco transmitiéndose y Cuelgamuros con cristo-fascismo rampante en su Cruz.
Para ETA y sus crímenes se reclama eterna Memoria; para Franco y los suyos, Olvido para "no reabrir viejas heridas". ETC.
¡Qué doble rasero y qué enorme hipocresía!
Madrid,
viernes, 20 de abril de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario