jueves, 18 de febrero de 2021

Comentario al artículo “El PP aplaude el encarcelamiento de Pablo Hasel y culpa a Unidas Podemos de los disturbios” en eldiario.es

 

Era 1974, aún vivía y aún mandaba aquel criminal de guerra que se apoderó de España por la fuerza fascista. Y yo compuse estos versos contra la hipocresía burguesa, sustento del fascismo.

 

 A quienes juzgan que si disfrutan de un buen pasar es por sus muchos méritos.

 

Yo he vendido a mi hermano como esclavo

en el duro mercado de Alemania.

Yo he entregado mi hermana a los burdeles

del tinglado turístico de España.

 

He frustrado a mi hermano que piensa.

He callado a mi hermano que habla.

He cegado, engañado y explotado

a mi hermano que calla y que trabaja.

 

Y cuando al fin mi hermano se rebela

y empuña la navaja o la palabra,

yo, por tricornios y comisarías,

jueces dóciles y leyes amañadas,

doy con el navajero en la picota

o meto la palabra encarcelada.

 

¡Esta es mi Burguesía, mis señores!

¡Y éste es el desarrollo de mi España!

 

Madrid, 1.974

 

Muchas cosas han cambiado en estos 47 años, ahora tenemos "democracia coronada", entonces teníamos "democracia orgánica", pero ¿por qué será que a mí me parece que siguen habiendo otros lobos con distintos collares, aunque hayan perfeccionado sus artes de disimulo? ¿No nos siguen sonando los oídos con lo del hermano de Alemania? Las putas han sido reforzadas con esclavas del Este y del Sur, pero ¿no siguen sirviendo españolas y españoles al tinglado turístico? El hermano que piensa ¿sigue o no estando frustrado? El hermano que habla (o rapea) ¿no tiene que andarse con muchísimo cuidado? ¿Qué tal le va al hermano que calla y que trabaja? ¿Les suenan palabras como precariedad, bajos salarios y pensiones decadentes? Y cuando mi hermano se rebela y emplea la navaja o la palabra ¿qué pasa? Sí, sí, aunque haya algún "comunista" de adorno en el gobierno.

 

Madrid, jueves, 18 de febrero de 2021

2 comentarios:

  1. Estimado Sr. Redondo, hace años que yo también perdí la ingenuidad. Es triste y desmotivante que cada paso que creemos de avance en las libertades individuales suponen, en la práctica, un retroceso de hectómetros en las libertades de la comunidad-sociedad. Comulgo con el pesimismo de muchos nuestros grandes compatriotas, en lo que algún ilustrado difinió como la debilidad cívica, y mucho me temo que Schopenhauer nos conoció mejor que la madre que nos parió. Desde Guardo(Palencia)le agradezco sus interesantes reflexiones.¡ Salud y República! Atte. Ricardo Portabales Fernández

    ResponderEliminar
  2. Amigo Portabales: lamento, y al mismo tiempo me reconozco en ello, en que nos una este pesimismo. Esperemos que no sea siempre así.

    ResponderEliminar