jueves, 25 de marzo de 2010

... y a España la postra la cobardía del sistema judicial

… y a España la postra la cobardía del sistema judicial

Carta abierta a Juan Carlos Escudier por su columna del 25/3/2010 "A Garzón le mata la estadística".

El otro día era el Sr. Rosa (D. Isaac) y ahora es usted. Se ve que hacer leña del árbol caído proporciona madera (“más madera”) para armar escaleras con las que trepar por las columnas, usted disculpe. Carezco de información suficiente para contrastar sus opiniones acerca de que el Sr. Garzón sea un mal instructor - me huele sin embargo demasiado a maledicencia corporativa –, y no me valen sus estadísticas sobre acusados que van en definitiva al trullo; son, perdóneme, demasiado simplistas y no ponderan las dificultades y presiones en contra de la resolución de los casos abordados, que hieren demasiado a menudo poderosos intereses en el Estado.

Sin embargo se me ocurre que este desdichado país, sobre el que aún gravita el “atado y bien atado” de una dictadura criminal y funesta, que ha lastrado la Santa Transición y mantiene asustada a mala parte de la clase política y corrupta a otra mala parte; este desdichado país que mantiene más de 150.000 desaparecidos por los barrancos y unas de las cotas de corrupción política mayores del continente, necesita de jueces, de jueces que sepan instruir lo mejor que puedan, en efecto, pero sobre todo de jueces que se atrevan. ¿De qué nos pueden servir esos otros instructores de pata negra que sólo destapan el tarrito de las esencias a favor de corriente? ¿Dónde se encontraban todos esos instructores maravillosos mientras los desaparecidos, cadáveres o niños, yacían desamparados, sin ningún valedor de los códigos penales ni de las categóricas normas de instrucción? ¿De qué nos valen los sutiles armadores de instrucciones que huyen como alma que lleva el diablo de casos como el de Fabra - 8 instructores creo que ha contado este periódico hasta ahora?

Decía Unamuno que “vale más un hombre sucio que un cerdo limpio”, y añadía `por si acaso “aunque está bien que se limpie el hombre”. No Sr. Escudier (D. Juan Carlos), que no nos falten los garzones que se atrevan, que aquí queda mucha leña por cortar, y no, repito, del árbol caído, sino de la maraña de la Injusticia, de la que este país languidece.

Un saludo,

Madrid, jueves, 25 de marzo de 2010

Fdo.: Francisco Redondo Benito de Valle

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